No es el rencor del acero
lo que mata,
ni siquiera las ganas
locas
de huir.
Son los pasos tejidos
en torno a
nuestro cadáver,
las luces
apagadas en el
dormitorio,
tus camisas nuevas
como alfombra
para mis tacones y
tu perfume
de cadáver florido.
No son nuestros
cuerpos enterrados,
es la carne
puesta a secar
como las sábanas
los domingos de
misa.
No son nuestros hijos
malditos,
es el vientre
profano e
infértil,
es la madre
del monstruo
eléctrico
que te mata,
a ti,
al padre.
No es la sagrada
familia,
es la vergüenza
del terreno
baldío
y la sed
de la herencia
bautizada.
No soy yo ni eres tú,
es el bestial
asesinato
de la
inmortalidad.
¿Qué decir de este poema? ¿Qué decir que no esté dicho ya? Es increíble, lo que dice, lo que expresa, el sentimiento que produce. Todo, todo es increible.
ResponderEliminarHolaaa. Me ha gustado mucho tu blog, así que decidí nominarte a Liebster Award. Para más información dirígete a https://oscuralunaazul.blogspot.com/2017/01/oscura-luna-azul-ha-sido-nominado-el.html
ResponderEliminarAparte me gustaría invitarte a que nos afiliemos. ¿Que dices?